Me he pasado media lectura pensando que este libro no merecía un Minotauro. El premio Minotauro, ufff, el mejor galardón del fantástico español, superando en prestigio incluso al UPC, bla, bla… Pero qué tontería, si mal no recuerdo esta es mi primera lectura de una obra ganadora, por lo que igual resulta que mi expectativa era desmesurada y mi presunción… pues eso, un poco presuntuosa.
El caso es que en algún momento, a partir de la segunda mitad de la novela, la trama gana en interés y la lectura me resulta más cautivadora. ¿Qué ha pasado? Yo creo que el estilo del autor no ha variado, ni tampoco el ritmo ni nada de eso. Simplemente en algún punto indeterminado se ha establecido una conexión entre la obra y el buen aficionado a la ciencia ficción que me considero (aficionado pero con unas cuantas lagunas, todo sea dicho).
Total, que para mi propia sorpresa, he terminado el libro pensando justo lo contrario, que es para novelas como esta que deben existir premios como el Minotauro, para proporcionar una oportunidad a carreras prometedoras como la de Sabino Cabeza, a quien deseo lo mejor y me quedo con ganas de leer más cosas suyas.
Sobre la historia en sí, muy brevemente: un buen relato de aventuras espaciales de corte clásico es siempre celebrado. Como sabéis, El espacio, la última frontera… .
No hay comentarios:
Publicar un comentario