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sábado, 23 de noviembre de 2019

The Menace from Farside, by Ian McDonald (#Luna series)


In a way, it is true what is said about this short novel: that Ian McDonald collects the leftovers of the splendid trilogy of Luna and makes this story; but a rather entertaining story I can say, based on the great work that is the worldbuilding of the previous books.

The plot is about an adventure of four young not so friends in the Moon surface and, you know, Lady Luna knows a thousand ways to kill you: In other words, it's like the 1986 movie Stand by Me, a story of coming of age style. At some point Ian McDonald seems to laugh at himself, I assume that referring to some negative criticisms received about the trilogy - for example, the author "threatens us" with a cake, or the frequently mention of the word telenovela - but as I said the novel is at least entertaining, and for me its main defect is that this short novel loses if we compare it with its bigger sisters.

In short, considering the literary quality of Ian McDonald’s prose, a minor work from him is preferable than a good one by some other authors.

Note: I love it when the cover illustration of a science fiction novel reflects its content helping the reader imagine the story, something that is not so frequent.

jueves, 17 de enero de 2013

Brasyl, de Ian McDonald




Primer handicap: He prolongado la lectura de esta novela unos meses, con interrupciones constantes, lo cual no es recomendable en ningún libro y menos si se trata de una novela de Ian McDonald.


Segundo handicap: He leído la novela en su original inglés (existe traducción castellana de La Factoría de Ideas), una lengua que desearía conocer más a fondo. Para mi todo un reto, más si añadimos que para complicar las cosas el autor se deleita constantemente incluyendo vocablos en la bella lingua portuguesa/brasileira.


Sinopsis

Brasyl es una novela compleja, como ya nos tenía acostumbrados este autor desde su anterior trabajo River of Gods (El río de los dioses, editada aquí también por La Factoría de Ideas). Si ésta se situaba en la India del futuro, la que nos ocupa se desarrolla en tres tiempos en los que alternadamente se va desarrollando la trama:

Año 1732. El padre Luis Quinn, un jesuita irlandés más diestro en el uso de la espada de lo que a él le gustaría recordar, llega a Salvador de Bahía procedente de Portugal con la misión de adentrarse en el continente a través del río Amazonas para llamar al orden a otro jesuita rebelde, el padre Gonçalves.

Actualidad. Marcelina Hoffman, una productora sin demasiados escrúpulos de un canal de televisión de Río de Janeiro, busca a Moaçir Barbosa, considerado el principal responsable del Maracanaço. Así se denomina a la final del mundial de fútbol de 1950 que enfrentó en el estadio de Maracaná a la selección brasileña con la de Uruguay. Contra todo pronóstico los locales perdieron el mundial y el guardameta Barbosa fue considerado el principal culpable de la derrota, pasando a ser considerado como una especie de traidor a la patria. Marcelina desea localizar al desdichado portero, quien desde entonces se halla en paradero desconocido, con la intención de crear un reality para someterlo a juicio público ante la audiencia.
Año 2032. Edson Jesus Oliveira de Freitas, un favelado de São Paulo que intenta marcar distancias con el mundo que le vio nacer, necesita contratar los servicios de Fia, una joven japonesa que parece salida de un anime (quizás con la ayuda de la cirugía o algún tipo de tratamiento) de la que se enamora al instante. Fia es una quantumeira, una hacker que trabaja con ordenadores cuánticos.


La especulación de futuro en Brasyl


La mayoría de las obras de ciencia ficción parten de una especulación de futuro. En nuestro caso el autor nos ofrece una prospectiva bastante conservadora, básicamente un Brasil con los mismos contrastes y desigualdades que el actual. A veinte años vista parece una postura prudente y podríamos decir que adecuada para el propósito de la novela. Más si tenemos en cuenta la experiencia de muchas novelas de ciencia ficción (creo que por lo menos a alguno de nosotros le tocaría visualizar esto desde una base lunar). Por tanto, el autor solo nos proporciona unas pocas pinceladas de anticipación científica; unas gafas inteligentes de realidad aumentada por aquí, algunos drones de la policía por allá... y ordenadores cuánticos, por supuesto. Tampoco hace falta más, puedo aseguraros que la trama es de ciencia ficción pura.