Hoy toca reseña
express. Hace poco terminé esta
novela que en principio no tenía previsto comentar (ando envuelto en una
interminable traducción de una entrada anterior) pero es que creo que se lo
debo en agradecimiento a L.J. Salart porque su Proyecto Marte me ha proporcionado buenos momentos y, lo que es más
importante, me ha dado que pensar.
La novela nos
habla de los acontecimientos que suceden antes y después del año en que la
jovencita Usha Leber respira por primera vez el aire de Marte, de forma
oficial. Es una historia coral, compuesta por diversos relatos relacionados
entre ellos, y nos es contada en boca de cada protagonista, según el tiempo que
le ha tocado vivir.
Así, el primer relato,
en el que se nos explica cómo Usha Leber
respira por primera vez el aire de Marte, de forma oficial ya nos indica que
la referencia es artificiosa, buscando la solemnidad de un acto que en realidad
ya se ha convertido en algo cotidiano. La autoridad competente del planeta
Tierra ha escogido una fecha porque ¡Ay! las cosas deben hacerse oficialmente,
y esto ya nos anticipa uno de los temas recurrentes del libro, que las
intenciones y la realidad resultante acostumbran a ser cosas muy diferentes.
El día en que Usha Leber respira por primera vez el aire
de Marte, de forma
oficial también le sirve de excusa al autor para contarnos, en
saltos cada vez más alejados en el tiempo, como las ondas de un charco, el
devenir de la humanidad: los acontecimientos que conducirán hasta esta fecha y los
que sucederán después; los peligros que afrontará la humanidad en su primera
conquista del espacio y las maravillas tecnológicas que podrá tener a su
alcance pero siempre, interfiriendo, estará una naturaleza humana que por su
propia definición es conflictiva.
Los distintos relatos forman un mosaico sobre la epopeya humana en Marte, desde la gestación
del proyecto más ambicioso de la humanidad que es la terraformación del Planeta
Rojo hasta… tendréis que leerlo, claro, no lo puedo contar aquí. Los relatos se
entrelazan entre ellos de una forma que considero está bien pensada: la excusa puede
ser por el parentesco entre algunos de los personajes o bien determinado acontecimiento
o tecnología que tiene consecuencias unos capítulos más adelante.
Como literatura
de ideas es impecable: es una combinación original que aporta algo nuevo y
distinto a lo que se ha visto antes. El nivel de conocimiento de la ciencia y la tecnología por el autor es limitado (no me malinterpretéis, el mío seguramente lo
es más) pero no es una novela de tecnomaravillas,
aunque algunas hay, sino una novela sobre el género humano, de su espíritu para
explorar nuevas fronteras (frecuentemente por necesidad, no hay otra) y también
de su imperfección; porque allá donde van hombres y mujeres se llevan su
política consigo: luchas por el poder, visiones contrapuestas de la sociedad, mentiras
y engaños, rencillas y guerras… Siendo estrictos no puede considerarse una
novela hard, en el sentido de que no
se trata de especulaciones científicas rigurosas, pero sí puede afirmarse que lo es por la seriedad con la que aborda los problemas humanos.
Las historias
de L.J. Salart recuerdan -cómo no- a las Crónicas
Marcianas de Ray Bradbury, tanto por la estructura de la obra como por
algunos de los temas tratados; pero el planteamiento del autor es muy
diferente, y a su manera también es brillante me atrevería a decir. Además, la
novela está plagada de pequeños homenajes a los clásicos de la ciencia ficción –asumo
que se me han escapado unos cuantos-, particularmente a la obra de Isaac Asimov y también a la serie de
televisión Star Trek.
Como podéis ver
Marte es, pues, un pretexto para dar un sentido, una finalidad para toda la humanidad,
pero también lo es para los mismos lectores, para así mostrarnos unos cuantos milenios
de tiempo humano; un insignificante lapso en tiempo galáctico, en el que la
especie humana encarará las vicisitudes que acostumbra a tener nuestra
tumultuosa historia, con pequeñas islas de estabilidad y progreso como la que
ahora estamos viviendo. Pero la ciencia ficción de L.J. Salart es optimista
para mostrarnos como la tecnología y este proyecto aglutinador -la esperanza
del primer paso a las estrellas- será beneficioso para la humanidad. Desde el
punto de vista, la novela es más utopía que distopía.
No conozco
personalmente a L.J. Salart, aunque es paisano mío. Hemos hablado de la manera
habitual hoy en día: por Internet. Puede que algún día podamos entablar una
conversación mediante la maravillosa comunicación cuántica que describe en su
novela pero de momento le he preguntado vía Twitter
(podéis encontrarlo como @LJSalart) sobre esta novela y sus proyectos más allá
de Marte: para el año que viene, una selección de cuentos de terror y una nueva novela de ciencia
ficción ambientada en un futuro próximo. Si queréis conocer más sobre el autor y
sus proyectos podéis visitar su blog, del
cual ha surgido originalmente este libro.
En resumen, Proyecto Marte no deja de ser un primer
trabajo, aunque como explicaba hace poco un libro como este en otras latitudes podría
ser un bombazo, película incluida. Por supuesto, esto depende de muchas
variables, pero de lo que estoy seguro que me gustaría ver más proyectos como
este.
Nota: Descubrí
esta novela por una reseña en el blog amigo Dreams
of Elvex que podéis consultar aquí.
Te doy toda la razón pero a diferencia de ti, yo no he tenido el valor de acabar el libro aún porque me encanta y no quiero que se acabe y eso que tengo uno esperando que también tiene que ser una probable joya (El eterno retorno de Pau Varela o @Jonseyelgato, amiguete del revisado Salart)
ResponderEliminarTe doy toda la razón pero a diferencia de ti, yo no he tenido el valor de acabar el libro aún porque me encanta y no quiero que se acabe y eso que tengo uno esperando que también tiene que ser una probable joya (El eterno retorno de Pau Varela o @Jonseyelgato, amiguete del revisado Salart)
ResponderEliminarSí, yo también tengo pendiente la novela de Pau Varela.
EliminarCreo que podemos estar tranquilos, ya has visto que el autor nos regalará el próximo año otra novela y también una selección de relatos de terror.
Gracias por comentar,
Carlex.