Ian Sales es el primer autor que
repite en el blog y de por sí esto ya quiere decir algo, pero debo señalar que
si en mi anterior reseña me declaré entusiasmado con los relatos del autor aquí
mis impresiones han sido algo distintas. A
Prospect of War es un trabajo muy diferente, un reto que se propone el
autor al tratarse de su primera novela, y si además tenemos en cuenta que forma
parte de una trilogía el reto adquiere dimensiones de tour de force.
Una conspiración amenaza el trono de Su Alteza Imperial Willim IX pero poco
se sabe del enemigo apodado The Serpent. Un crucero de batalla declarado
en rebeldía navega en solitario. Entre su tripulación la comandante Rinharte y
su fiel lugarteniente Kordelasz tienen encomendada una delicada y peligrosa misión
en Tanabria Station. Mientras, en el planeta Darrus, las pesquisas de Lady
Finesz, del Despacho del Procurador Imperial, la conducen a un entramado mucho
más complejo que la rutinaria misión que le han encomendado sus superiores. Por
último, Casimir Ormuz, un simple grumete de un carguero de datos que es más de
lo aparenta. Las intrigas de la novela conducirán a todos estos personajes por
un periplo a través de diversos planetas, mientras que la amenaza de una guerra
civil se cierne sobre el imperio galáctico.
¡Zafarrancho de combate! |
Con sesenta y ocho capítulos y
seiscientas cincuenta páginas, A Prospect
of War es una novela que se toma su tiempo pero que en ningún momento resulta pesada. El ritmo no es problema puesto que le permite a uno deleitarse
con sus diálogos caballerescos y las estudiadas descripciones planetarias, como
comento más abajo. Esto sí, el desarrollo de la trama deja algunos aspectos algo
deshilvanados, como por ejemplo la evolución del personaje Casimir Ormuz, o la
(in)definición del enemigo que debería forjarse in crescendo a lo largo de la novela.
Hablando de los personajes, debo decir
que en general puede que sean algo planos con toda esa rigidez castrense, aunque
no creo que este sea un aspecto problemático: son de los que dejan huella en el
lector y no de los que se olvidan al cerrar la última página del libro. En el caso
de Casimir Ormuz, el personaje más desarrollado, por algún motivo su evolución
a lo largo de la novela no me ha resultado del todo verosímil. A parte de esto creo
que nada más que objetar, en conjunto la novela está bien pensada y mejor
escrita.
A Prospect of War es formalmente una space opera, dentro del subgénero
conocido como ciencia ficción militar o de aventuras marinas espaciales. En
este sentido hay aspectos que recuerdan tanto a la ciencia ficción militar de Honor
Harrington como las novelas de la armada británica de Patrick O'Brian; pero si
consideramos el acabado recuerda más a las segundas, evitando en todo momento el
aire franquiciero de las primeras. Debemos recordar que esta particular
estética naval siempre ha estado presente en la space opera, ahora mismo estoy pensando en el gran clásico La paja en el ojo de Dios (1974) de
Larry Niven y Jerry Pournelle.
Entiéndase por analogía de las
aventuras de guardiamarinas del Imperio británico el uso de conceptos de la
época: el honor, algunos conceptos arcaicos de guerra trasladados al espacio (en
un momento incluso habla de carronadas) y en particular el combate cuerpo a
cuerpo con espadas (de las de toda la vida, nada de sables láser). También lo
vemos en el lenguaje arcaico y el uso continuo del argot marinero. En resumen, podríamos
decir aquello de otros tiempos más nobles
y civilizados, en los que se imponía el honor y la caballerosidad. Es un
decir, claro, el combate naval del siglo XVIII no tenía nada de civilizado (ninguno
lo es). Pero para muestra un botón: ante la pregunta de su captor sobre si le
permite conservar su arma, la comandante Rinharte le contesta: no puedo darle mi palabra de que no escaparé.
Mi deber de oficial me obliga a intentarlo (y le entrega la espada).
A Prospect of War es, creo yo, un reflejo de los gustos del autor:
tecnología militar, futurista pero con un aire retro (nada que ver con el steam punk), y una pasión por la ciencia
ficción que se nota en cada página. Podríamos decir que es una novela
nostálgica de otras formas de guerra, y también de un estilo de ciencia ficción
más clásico. En este sentido a destacar el excelente worldbuilding de cada uno de los planetas y de las costumbres de sus
respectivas sociedades. O bien cómo se justifica el viaje espacial más rápido
que la luz y las implicaciones que esto tiene en el desarrollo de la trama. La
complejidad del imperio, y sobre todo la riqueza que se insinúa de cada mundo
visitado recuerda gratamente a las historias del Grand Master Jack Vance.
Un par de aspectos a destacar: el
rol fuerte de las mujeres en la novela, que ocupan la mayoría de puestos de
mando. Sin distinciones de género, mujeres y hombres participan por
igual en los combates cuerpo a cuerpo. El segundo es las marcadas jerarquías
sociales de la sociedad interestelar del Imperio, la barrera casi infranqueable
entre aristócratas y proletarios, un tema que se insinúa tendrá más
trascendencia en las secuelas.
Recientemente he leído una reseña en
el blog SF Signal, en la que señalan
que es una novela interesante pero fallida. En mi modesta opinión no puedo
estar de acuerdo en que sea una novela fallida ni muchos menos, si bien acusa
algún lastre que el autor deberá vigilar. La impresión es que el señor Sales ha
esparcido sus piezas por el tablero de este wargame
galáctico, reservándose el desarrollo de la partida para las dos continuaciones.
Al respecto, un aviso para navegantes: A
Prospect of War termina en un cliffhanger
absoluto, es decir con un final abierto.
Excelente portada de Sportula |
Para terminar dos comentarios: los
lectores en castellano están de enhorabuena, se acaba de publicar el primer
relato traducido del autor, en la antología que precisamente lleva su
título, A la deriva en el Mar de las Lluvias.
No la he leído pero por los autores tiene una pinta terrible (terrible de buena).
Y casualmente me doy cuenta que Ian Sales ha anunciado en su blog la publicación
de la segunda parte, que acabo de comprar vía Kindle y que espera en la pila de
lecturas pendientes porque tengo por costumbre no repetir autor, pero no por falta
de ganas.
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