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martes, 5 de agosto de 2014

Ancillary Justice, de Ann Leckie


En principio no me había planteado reseñar esta novela puesto que ya se ha hablado bastante de ella, pero por otra parte se prestaba a una reflexión que al final he decidido a compartir aquí. Como es norma de la casa no he leído otras reseñas (bueno, en realidad leí alguna hace meses) por lo que será interesante saber en qué coincidimos.


Ideas novedosas

En una frase, para mi la gracia de la novela está en algunas ideas novedosas, bien aprovechadas por la autora y combinadas en un worlbuilding más que correcto.

Decía Miquel Barceló que la ciencia ficción es literatura de ideas. En este caso tenemos una novela que se ajusta a esta definición. No estamos hablando de una novela científicamente rigurosa o hard sino de una space opera moderna (simplificando, aventuras espaciales) con algunas propuestas originales que quizás le valgan los premios que está recibiendo.

Por un lado están por supuesto las inteligencias artificiales ancillary. Sólo
Portada del gran John Harris
comentar que el imperio interplanetario que nos describe la autora se basa en estas
IAs para organizar sus ejércitos. Es un concepto que a lo largo de la novela da bastante de sí y que aquí prefiero no desvelar más.

Por otro, el mismo Imperio Raadchai: una economía basada en la conquista y en la esclavitud. Se lo ha comparado con el Imperio Romano y analogías no faltan. De hecho la misma autora lo comenta en la entrevista publicada al final del libro. Pero yo creo que en algún aspecto se presta a otra comparación, con la Alemania del III Reich, concretamente por su impresionante maquinaria de guerra y represión, paradigma una organización jerarquizada para el cumplimiento preciso de instrucciones, independientemente de su moralidad.

Otra aportación interesante está en el dictador Anaander Mianaai y su conflicto interior. En Señor del Radch tiene algún tipo de transtorno mental, lo cual otra vez nos remite a la historia. Ejemplos de dictadores desequilibrados tenemos muchos a nuestra disposición, pero un cambio muy acertado por parte de la autora lo convierte en algo nuevo y fascinante.


Por último, un concepto que quizás pasa más desapercibido que los anteriores, aunque da nombre a la novela, es el concepto de justicia. La justicia que el Imperio Raadchai impone a los planetas conquistados, por lo tanto es justicia de vencedores. La justicia también puede entenderse como civilización y como virtud, a la que deberán acogerse los planetas sometidos para incorporarse al Radch. Una pregunta clásica es: ¿Qué pasa cuando tus superiores te dan una orden contraria a lo que te han inculcado proteger?

Imagine your whole life aimed at conquest, at the spread of Radchaai space. You see murder and destruction on an unimaginable scale, but they see the spread of civilization, of Justice and Propiety, of Benefit of the universe. The death and destruction, these are unavoidable by-products of this one, supreme good.


La novela

Sobre la novela me han llamado la atención algunas cosas. En primer lugar me ha parecido un libro dividido en dos partes. En una primera mitad se intercalan dos tramas en capítulos alternos y llegados a un punto, una de ellas desaparece (en realidad se trata de un flashback) mientras que la otra prosigue buscando la resolución o desenlace. En la primera mitad casi no es patente una verdadera intriga y el interés de la novela avanza conforme se te va proporcionando nueva información.

La sensación es que no hay un qué pasará después (en vista de los elementos o pistas mencionados con anterioridad) sino un qué nos explicará después (porque se nos va proporcionando la información a medida que avanza la lectura). No siempre es así, conforme la novela avanza la cosa pretende convertirse en una intriga más convencional. No digo que esté mal puesto que sería cuestionar la libertad de la autora pero, claro, tiene sus limitaciones. Creo que mientras la trama avanza aportando nuevas ideas al worldbuilding la novela gana en riqueza, en cambio si es por técnica narrativa el resultado es más bien flojo.

Bien, las reglas de la intriga están para saltárselas. Podéis ver otro ejemplo –bastante más sofisticado que este, todo sea dicho- en mi reseña anterior. En nuestro caso la autora no deja pistas o adelantos que estimulen la curiosidad del lector sino que te lo suelta cuando es pertinente. Entiendo que no se trata de deux et machina puesto que lo contado tiene lógica y coherencia con el conjunto, pero la manera de exponerlo me ha parecido como mínimo curiosa.

Por otra parte me ha resultado muy interesante los momentos en que se muestran varios puntos de vista simultáneamente. En cierta manera se consigue el cambio de un narrador subjetivo a uno omnisciente. Ventajas de que tu personaje sea una inteligencia artificial.

También destacaría el uso de neologismos como los nombres que ya hemos mencionado (y bastantes más), y las alusiones a los usos de la lengua Raadchai que hace la autora, lo cual podríamos decir que también forma parte del worldbuilding o ambientación de la novela. El conjunto es acertado si exceptuamos que se presta un poco a confusión con toda esa jerga ancillary.

Por lo demás, sobre la novela en sí, la encuentro correcta si descontamos algunos aspectos pobres o repetitivos; pero puesto que la voz narrativa es una IA lo anterior puede quedar más o menos justificado. Creo en esto que debo darle a Ann Leckie el beneficio de la duda.

Intentaré explicarme: es muy distinto que elijas hacer las cosas de una determinada manera a que lo hagas porque no sabes hacerlo de otra forma.

Ann Leckie
En principio no se le puede criticar a la autora la forma distante y fría con que trata a sus personajes puesto que la historia nos es contada en boca de una IA. Ello no evita que las escenas con seres humanos sean lentas, no se luzca en los diálogos, aunque quizás también por el rígido protocolo Raadchai que nos quiere dar a entender. No puedo decir si la autora es buena traduciendo el punto de vista de una IA mutilada y humanizada o por el contrario es su carácter como escritora, en cuyo caso creo que debería mejorar estos aspectos.

Por otra parte el hecho que la historia te la cuente una IA consigue momentos realmente cautivadores y conforme avanza vas cogiendo empatía por esta criatura infeliz encerrada en un frágil cuerpo humano, pero también debo señalar que las motivaciones de los personajes -humanos o no- no quedan claras.

Lo mismo ocurre con las lagunas y algún aspecto inexplicado o demasiado simplificado. Volvemos a la presunción de inocencia, por si se reserva munición para las secuelas ya anunciadas. Aun así creo que hay cabos que no deberían haber quedado sueltos...

Como ciencia ficción la encuentro una propuesta muy interesante. Ojo, que no hablo de su calidad literaria, que sería otro aspecto totalmente diferente. Para mi no es una gran novela pero como ya he dicho aporta un punto de vista novedoso que quizás le esté valiendo los premios conseguidos. Aunque de lo último ya se sabe que entran en juego otros factores, pero esto no debe restar mérito a Ann Leckie por el gran éxito conseguido siendo su primera novela publicada.

No me canso de decirlo, qué grande es el género de ciencia ficción que nos permite imaginar y soñar despiertos todas estas maravillas. Y también pesadillas, claro.

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