THE WORD FOR THE BLOG IS SCIENTIFICTION

viernes, 23 de mayo de 2014

The Explorer, the James Smythe


Hace mucho, mucho tiempo, me dio por preguntarme sobre qué temas podía tratar el género de ciencia ficción. Recuerdo que incluso escribí una carta a la revista Gigamesh, acompañada de una propuesta de definición: mi conclusión era que los únicos límites del género eran los de la ciencia, mientras que la ficción de por sí no tenía límites. Si mal no recuerdo, la cuestión proseguía sobre lo que se podía considerar ciencia o no, pero esto ya queda fuera de esta reseña.

Supongo que hoy en día el debate de las definiciones del género ha pasado a un segundo plano. Por mi parte, desde una perspectiva actual uno ve las cosas de un punto de vista bastante más pragmático y mi propuesta queda como una anodinísima aportación al cajón donde se guardan todos los intentos de definición que no van a ninguna parte.

El caso es que la lectura de esta novela y posterior reflexión me la ha recordado; sobre todo en cuanto a la segunda mitad, es decir, la libertad absoluta del autor para desarrollar su obra.


The Explorer(s)

 La ambición me lleva no sólo a donde ningún hombre ha ido antes,
 sino a donde creo que es imposible que un hombre vaya.

La cita es de James Cook, considerado uno de los grandes exploradores de todos los tiempos. Con ella el autor abre la novela. Smythe menciona éste y otros pioneros y nos recuerda que frecuentemente pagaron un alto precio; basta hojear los libros de historia para ver que muchos fracasaron o perdieron la vida (como el mismo Cook), o ambas cosas a la vez. Por descontado tiene que ver con esta obra, pero de una manera muy diferente a la que podáis pensar. Es una manera de empezar la novela, y de empezar esta reseña también.