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lunes, 16 de marzo de 2015

The Year’s Best Science Fiction: Thirthy-First Annual Collection, de Gardner Dozois (ed.) (Primera parte)


Leída la primera mitad de esta antología, me gustaría compartir aquí mis impresiones.

Supuse que esta recopilación que se edita anualmente desde hace treinta años era una buena elección para ponerme al día de lo que se cuece en el género y no me equivocaba. Por supuesto existen otras al mismo nivel, algunas en castellano como la excelente Terra Nova 3 (leída hace unos meses); pero ésta que tengo entre manos considero que es una muy buena opción, tanto por la variedad de autores, entre nuevos y consagrados, como por su extensión (700 páginas de relatos de ciencia ficción se dicen pronto). Debo matizar que algunos autores son nuevos para mí (solo hace falta la introducción de cada relato para saber que la mayoría de ellos lleva bastantes años publicando). Por mi parte creo que ya va siendo hora de conocerlos.

Me gustaría entrar a fondo en cada relato pero el tiempo apremia y además me temo que se convertiría en una reseña infumable. Por lo tanto a continuación paso a mencionar brevemente lo que me ha llamado la atención de cada uno de ellos:

The Discovered Country de Ian R. MacLeod. Uno de los autores veteranos pero poco traducido aquí que yo sepa (Las edades de la luz). El relato muestra una intriga en una utopía post mortem, situada en un mundo virtual que sólo la gente más rica se puede permitir. Buen relato.

The Book Seller, de Lavie Tidhar. Mi primera lectura de este autor (conocido en aquí por su novela Osama) y debo decir que me ha encantado tanto el relato como su estilo. La narración se sitúa en el mismo universo de otros cuentos suyos conocido como Central Station, ambientado en un futuro más o menos cercano en el que caben ciborgs, inteligencias artificiales, ingeniería genética y más cosas que no puedo contaros aquí.


Pathways, de Nancy Kress. Otra veterana. La conocía por la novela Mendigos de España y Probability Moon. Un relato brillante y conmovedor, que me deja mejor sabor de boca que las novelas mencionadas. En realidad el motivo cienciaficcional es mínimo: en la América profunda, una joven perteneciente a una familia de paletos que padecen una alteración genética degenerativa accede a participar en un programa experimental.

A Heap of Broken Images, de Sunny Moraine. Relato sobre genocidios coloniales. Pasable.

Rock of Ages, de Jay Lake. No es ciberpunk, pero se le acerca. Bio/ciberpunk es más exacto. Un thriller situado en un futuro relativamente cercano que resulta ser más complicado e incontrolable que nuestro presente, con demasiadas incertidumbres como para que podamos dormir tranquilos. Cuando quise saber más de este autor me entristeció saber que había fallecido unos meses antes. El relato es muy bueno.

Rosary and Goldenstar, de Geoff Ryman. Una ucronía en la que aparecen algunos personajes históricos como el astrónomo danés Tycho Brahe y William Shakespeare con unos papeles algo cambiados. No acabé de entrar en la historia ni en su comicidad, si es que la tiene. Siendo honestos debo asumir que me pierdo matices de la lengua inglesa y lo mismo puede aplicarse a la biografía de estos personajes históricos.

Gray Wings, de Karl Bunker. El escritor más novato de los leídos, con unos pocos relatos publicados hasta la fecha. Una interesante historia sobre una participante en una carrera de élite por todo el mundo y sobre la gente de los países pobres que sobrevuela.

The Best We Can, de Carrie Vaughn. Me encantan las historias de primer contacto, especialmente si son tan plausibles como Contact de Carl Sagan. O como ésta, en la que se nos muestra como los obstáculos de la burocracia científica pueden poner en riesgo un descubrimiento único en la historia de la humanidad.

Transitional Forms, de Paul J. McAuley. Tengo debilidad por este autor y he leído bastante de su obra (conocido aquí por El beso de Milena y también por The Quiet War, lamentablemente no traducida). Aquí se mueve a sus anchas con una historia de tecnobiología desbocada.

Precious Mental, de Robert Reed. Situada en el mismo universo de la novela Tuétano. Este autor me resulta un poco frustrante: me fascinan sus argumentos pero en cambio su forma de escribir tiende a aburrirme.

Martian Blood, de Allen M. Steele. Recuerdo que hace muchos años leí un relato de este autor, el que daba origen a la saga Coyote. No me acabó de convencer. Aquí un poco mejor, una historia sobre colonialismo, es decir sobre indios sobre marcianos. Al parecer el colonialismo es uno de los temas estrella de la antología.

Zero for Conduct, de Greg Egan. Una buena historia, sorprendente por lo que uno espera de este autor (Cuarentena, Ciudad Permutación, Axiomático). Trata un tema inusual en él y muestra su faceta más humanista, protagonizada por una jovencísima investigadora iraní. Y el relato es bueno.

The Waiting Stars, de Aliette de Bodard. Situada dentro del Universo de Xuya. Una buena historia, me da la impresión que debe mejorar en el contexto de sus otros relatos de este universo.

A Map of Mercury, de Alastair Reynolds. Uno de los grandes de la space opera moderna (Espacio revelación, Casa de Soles). Muy de su estilo, es decir una historia bien contada y con sense of wonder.

One, de Nancy Kress. El segundo relato de la autora en esta antología. Para mí los dos son de lo mejor. Cuando un garrulo adquiere un superpoder no esperes que se dedique a salvar el mundo. Dicho más finamente, cómo reaccionaría una persona vulgar cuando unas circunstancias la convierten en muy especial.

Murder on the Aldrin Express, de Martin L. Shoemaker. El relato va de Agatha Christie meets space travel. Creo que esta debe ser la intención del autor a juzgar por el título y el argumento: el capitán de un carguero en un trayecto entre Marte y la Tierra debe investigar un asesinato que se cometió en el Planeta Rojo. La intriga está bien contada.

Aquí termino esta primera reseña. Como podéis ver el nivel de los relatos es que hay de todo, pero si tenemos en cuenta el conjunto el resultado es muy bueno por la gran variedad de visiones fantásticas concentradas en este (medio) volumen.

En fin, prosigo con la lectura, que estoy alternando con otros libros. Ya os contaré si la otra mitad cumple las expectativas altas que ésta ha creado.


Por cierto, ¿Qué opináis de la portada del gran Jim Burns? A mí me parece genial.

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