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miércoles, 19 de octubre de 2016

Estados Unidos del Japón, de Peter Tieryas


(You can also read this review in English/También puedes leer esta reseña en inglés)


Como podéis ver en la columna de Goodreads a la derecha de estas líneas, en lo que va de año he tenido ocasión de disfrutar de muy buenas lecturas. Y sin duda una de las mejores ha sido United States of Japan, de Peter Tieryas.

United States of Japan es una novela curiosa. A la vez ucronía y novela de ciencia ficción, ambas facetas están destinadas a entretener, pero con un sustrato de más que la convierte en una lectura muy interesante.

Magnífica portada del artista John Liberto
Para empezar el punto de partida es inusual. No es el primer autor que se basa en una obra de otro escritor (esto algo muy viejo, en el caso concreto de la ciencia ficción me vienen a la memoria las secuelas a las Fundaciones de Asimov) (no las he leído, pero puedo imaginarme un realidad alternativa en la que me tocó la lotería y disponía de miles de horas de tiempo libre y sí valía la pena leerlas). En nuestro caso el señor Tieryas se vale del universo creado por Philip K. Dick en su novela El hombre en el castillo. Por supuesto no podía hacer esta reseña sin hacer los deberes así que no tuve más remedio que hacer caso al ¡ejem! clamor de toda la galaxia conocida que desde siempre me habia aconsejado leerla. En fin, que me arrepiento de no haberlo hecho antes ¿Vale?

Me preguntaba si el universo era el mismo y esta novela por tanto sería una mera secuela pero no, afortunadamente no se trata de eso. Al respecto debo decir que yo estas cosas siempre las miro con una cierta desconfianza -me refiero a todo tipo de pre/secuelas, franquicias, homenajes de prestado, etc. que circulan por ahí- pero creo que es una opción honesta, una parte de tributo al maestro Dick y otra de creación con un estilo muy particular.

Es cierto que Mr. Tieryas construye su novela a hombros del gigante Dick, pero el resultado es muy diferente y pienso que consigue cautivar al lector por méritos propios. Se vale del mismo entorno distópico y pesadillesco de una ocupación Nazi/nipona en suelo americano para mostrarnos el periplo de los protagonistas, un excelente y desquiciado worldbuilding de cosecha propia y bueno... lo que le pasa por la boina (o gorra de baseball) al autor y que no quiero desvelar aquí.

Dicho esto será mejor que os cuente algo de los dos personajes principales: Beniko Ben Ishimura es un anodino militar japonés, graduado en la prestigiosa Academia Militar de Berkeley. Ben es un mestizo, nacido en los EE UU, hijo de padre chino y madre japonesa. Pero su lealtad no se pone en duda: ya en su tierna infancia fue condecorado, al denunciar a sus padres por conspirar contra el Emperador. Es un personaje complejo y es el que aguanta el peso de la novela, aunque para mí sus motivaciones no quedan claras. Nuestra otra protagonista es Akiko Tsukino, agente de la Tokko, la temida policía política del Imperio. Una fanática, por su inquebrantable fe en la divinidad del Emperador y por su dedicación en cuerpo y alma a dar caza a sus enemigos; enemigos posibles, potenciales, o como mínimo posiblemente potenciales (la expresión en inglés es searching treasonous states of mind).

El hombre en el castillo
La trama, al igual que El hombre del castillo, nos sitúa en unos EEUU ocupados por los japos (Oeste) y los alemanes (Este). La cronología abarca desde la posguerra hasta el presente de la novela, situado en 1988; a diferencia de la ucronía de Dick, situada siempre en un mismo momento temporal. Combina -que no mezcla- la idiosincrasia japonesa de la Segunda Guerra Mundial (expansionista, racista, shinto) con el llamado espíritu americano: iniciativa, libertad individual y libre empresa, etc. Desde un punto de vista ideológico el autor se decanta por este último -no podía ser de otra manera, claro-, aunque no del todo: el prólogo empieza en un campo de concentración en suelo americano, repleto de hambrientos y torturados ciudadanos americano/japoneses.

Los continuos devaneos metafísicos de la novela de Philip K Dick no tienen cabida aquí, lo que importa es la acción. En PKD los personajes sufren momentos de, digamos, vértigo existencial. Aquí no, los personajes sufren otro tipo de calamidades, pero son más bien físicas. Algo hay del cuestionamiento de la realidad dickiano, pero entiendo que forma parte del tributo al maestro. Así pues, circula un juego tipo arcade -que por supuesto es ilegal- en el cual los Aliados ganaron la II Guerra Mundial (en PKD se trataba del libro La langosta se ha posado). Aunque este juego también tiene su parte en el argumento, no olvidemos que es una obra más compleja que lo que aparenta.

La trama se desarrolla de una manera un tanto curiosa: el prólogo empieza en el mencionado campo de concentración, en el año 1948, el año de la derrota de los EE UU, para todo seguido saltar a 1988. Posteriormente la acción pasa a diez años antes, 1978 y de vuelta al presente, es decir otra vez al año 1988. Finalmente, el epílogo regresa al año 1960. Por supuesto la historia lo justifica plenamente.

Por dar algunas pinceladas más, en la novela nos encontraremos, entre otras cosas, el mundo de los juegos arcade (recordemos el papel histórico de las empresas niponas en la industria de los juegos informáticos); una investigación policial brutal, tan desquiciada como plausible en cualquier dictadura militar existente y que a mí particularmente me ha encantado (es evidente que el autor se ha documentado); también encontraremos a los George Washingtons (esto es, la resistencia americana) y algunos mechas.

Ya veo, me había olvidado. Pues sí, ¡Salen robots gigantes!, como podéis ver en la magnífica ilustración de la portada. Y os puedo asegurar que están hechos de una aleación de molonio de alta calidad. Un secreto: yo pienso que el autor los utiliza como un símbolo del poderío nipón (en un momento de la novela sale su contrapartida nazi, en forma de super-panzer).

Mr. Tieryas Fuente: Goodreads
Mr.Tieryas además de escritor, ha realizado diversos trabajos en el mundo del cine. No había leído nada suyo pero compruebo que sus obras anteriores están bien valoradas. En su anterior novela, Bald New World, trata la curiosa premisa que todos los habitantes del planeta se han quedado calvos. Le comenté que quería reseñar USJ y me dijo que actualmente está trabajando en otra historia ambientada en el mismo universo, si bien consideraba pagado su tributo al maestro Dick y quería hacer algo bastante diferente. No sé, ya comentado antes estas cosas yo siempre las miro con algo de recelo, pero lo cierto que el talento de Peter Tieryas es un buen aval. Esperaremos su publicación pues.


Y hasta aquí la reseña de los Estados Unidos del Japón. Con algunos defectos la novela tiene pathos, y puedo decir que es una excelente ucronía, a la vez que una buena novela de ciencia ficción. Si queréis leerla, sólo tendréis que esperar un poco puesto que el próximo 2017 ediciones B la publicará en nuestro país, en la veterana colección Nova Ciencia Ficción

2 comentarios:

  1. Hola :) El día que se anuncio que esta novela se iba a traducir para 2017 di saltos de alegría, le tengo muchas ganas. Dick me encanta, y que nazca el libro a través de esa trama de ocupación EEUU / nazi / nipona sé que me va a gustar. Además ROBOTS GIGANTES, eso ya es el toque top para tirarme de cabeza. Por cierto, la reseña es una gozada, que bien desmenbrado todo. Un abrazo^^

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    1. Hola Mangrii, muchas gracias por tu comentario.

      Pues sí, todo el mundo coincide en que es una muy buena noticia. De momento, para abrir boca (supongo que ya lo sabes) este mes publican los gigantes dormidos. También habla de robots gigantes, desde una perspectiva muy diferente, eso sí; y también muy recomendable.

      Por cierto, mientras te escribo pienso que igual hoy nos encontramos en la entrega de premios de los Ignotus/Ictineu, cierto?

      Un abrazo,

      Carlex.

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